Fecha y hora
29 de enero del 2024
El martes 23 de enero de 2024, con motivo de la celebración de Fitur, la principal feria del sector turístico que se celebra anualmente en la capital de España, el MDI reunió en Madrid a tres destacados profesionales de la inversión hotelera, Marta de Azlor desde Meridia Capital, Jaime Gross desde Axa REIM y Borja Nieto por parte de Navis Capital, para discutir, con nuestras profesoras Patricia Plana y Viviana Otero, unas conclusiones sobre 2023 y las perspectivas para 2024 sobre esta clase de activos.
La pandemia por COVID tuvo un enorme impacto sobre la hostelería, lo que llevó a una reducción drástica del gasto vacacional y en convenciones. Esta situación, unida a un muy bajo coste de la financiación, pareció ofrecer en un primer momento una gran oportunidad para la adquisición de hoteles pasados los primeros momentos de la pandemia. Sin embargo, las ayudas públicas, unidas al fuerte rebote del turismo –especialmente en la costa y con más potencia a partir de 2023-, finalmente han dificultado la ejecución de los instrumentos de inversión oportunista, pero al mismo tiempo han demostrado al inversor la resiliencia del hotelero. Pese a ello, cuando el nuevo escenario parecía claro, los incrementos de costes soportados por el conjunto de la economía en los pasados doce meses han tensionado de nuevo los modelos de los propietarios, lo que ha concluido un año vertiginoso, pero que se podría calificar como muy positivo.
Pensando en el futuro, las perspectivas para 2024 son igualmente optimistas. A corto plazo, aunque la subida de tipos de interés dificulta el levantamiento de capital, todo gran inversor quiere ya contar con propiedades de uso hotelero. Las dificultades en el relevo generacional en establecimientos familiares ofrecen la oportunidad de entrada de capital institucional en activos existentes, mientras que la reconversión de oficinas prime en hotelero y “serviced apartments”, y el crecimiento en una nueva concepción del producto camping, aumentan además el rango de inversiones disponibles.
La normalización de los mercados estadounidense y asiáticos, estos últimos con más demora en la salida de las restricciones, y la recuperación de la demanda MICE, promete un volumen adicional en los segmentos turístico y corporativo para este ejercicio. Asimismo, a largo plazo, las tendencias demográficas globales siguen poniendo a Europa como destino preferente, con una oferta preparada para absorber el crecimiento de la demanda.
Por último, la sostenibilidad no podía faltar en el debate. Un sondeo reciente pone a los inversores como impulsores de la tendencia, que se justifica en parte, según se pudo comentar en la mesa redonda, por la necesidad de asegurar la liquidez de los activos al final de la vida del fondo, en un futuro en el que los nuevos compradores puedan estar vinculados a estándares más exigentes. Más allá de los inmuebles, las políticas de sostenibilidad afectarán al turismo en otros aspectos interesantes, como es la restricción de los vuelos de corto alcance. En este sentido, dicha medida concreta podría suponer una importante ventaja para España, gracias a su magnífica infraestructura de alta velocidad ferroviaria.
En definitiva, parece que las expectativas para este 2024 son ampliamente positivas para la actividad inmobiliaria vinculada al turismo, sin obviar, como bien se dejó ver en la conversación mantenida, la necesidad de mantenerse preparados para enfrentar nuevos desafíos y continuar innovando.
* El presente artículo responde a una síntesis sobre la temática tratada, realizado desde el MDI, y no coincide necesariamente con la opinión de los ponentes ni las moderadoras.